Las relaciones interpersonales son importantes para ser felices.

Relaciones Interpersonales

Las relaciones interpersonales

Las relaciones interpersonales son importantes para ser felices

Así como una persona necesita una relación intrapersonal, “con su propio yo”, para conocerse, valorarse, dar sentido a su vida y ser, necesita establecer relaciones interpersonales para crecer en diversos ámbitos, adaptarse, aprender del entorno y tener un lugar en la sociedad.

Las relaciones interpersonales se dan desde el mismo momento en que nacemos y nos relacionamos con nuestra madre a través de la mirada. Cada caricia, cada sonido y cada interacción con el ambiente, deja en todos los seres humanos huellas que forman nuestro carácter, personalidad, y respuesta al entorno; facilitando o entorpeciendo las relaciones interpersonales que podamos construir.

Para que se generen las relaciones interpersonales, la comunicación es vital. Para lograrlo no es necesario que se dé una amplia charla, el contacto con las personas es inminente, se da a través de los gestos,  el cruce de miradas y las sensaciones. Sin embargo,  establecer buenas relaciones, depende de las  habilidades sociales adquiridas a través de las  experiencias, y de saber cuándo y cómo utilizarlas.  Dichas habilidades permiten al individuo expresarse,  conocer las demandas del otro, interactuar, ser  empático, afrontar conflictos, etcétera.

Aunque las personas tendemos a ser gregarias por  naturaleza, existen ciertas características individuales,  tanto aprendidas, como innatas, que determinan  nuestra capacidad para socializar e interactuar con el  ambiente. En general cuando una persona tiene  dificultad para relacionarse, puede costarle trabajo  pertenecer a grupos, destacar y hacerse escuchar.  Lo que en ocasiones genera tristeza, bajo rendimiento  o aislamiento.

Desde la perspectiva de Carl Jung, las personas  nacemos con determinadas preferencias que  nos hacen ver el mismo entorno de manera  diferente, lo que influye directamente en el  éxito que tendremos al relacionarnos.--  Gracias al MBTI® desarrollado por Isabel Myers y  Katharine Briggs, podemos conocer esas preferencias  y entender a profundidad nuestro comportamiento y el  de los otros; favoreciendo así la comunicación, la toma  de decisiones y la solución de conflictos, entre otros  elementos que se dan al interrelacionarnos.

Con base a la teoría de la personalidad de Jung, la  forma en que canalizamos nuestra energía, lo que  percibimos del entorno y lo que valoramos para tomar  decisiones, depende de estas preferencias y genera  un tipo de personalidad (MBTI®), lo interesante es que  según Jung, aunque este tipo no cambia, sí podemos  desarrollar y entender otras preferencias, lo que  nos permite relacionarnos de una manera más sana  y eficiente; además de crecer y ampliar nuestro  panorama, considerando nuestra propia mirada y  entendiendo la mirada de los demás.

En todos los ambientes sociales se generan y se  propician relaciones interpersonales: familia, escuela,  trabajo, etc. Sin embargo, las necesidades de una  persona en cuanto a la inclusión (el reconocimiento,  participación y contacto con los demás), el control  (influencia, responsabilidad y toma de decisiones) y el  afecto (apertura, cercanía y calidez personal), varían,  lo que puede generar malos entendidos y problemas  al relacionarnos.

William Schutz desarrolló la Teoría Firo  creando un assessment que evalúa las  necesidades fundamentales (inclusión,  control y afecto), que influyen en las  relaciones interpersonales; con el fin de  generar grupos de personas y equipos con  una buena comunicación y comprensión  mutua.

La herramienta FIRO-B® ayuda a los individuos,  familias, equipos y empresas, a crecer y a realizar  cambios positivos de comportamiento, ya que a través  de ella, los involucrados pueden entender sus  necesidades expresadas (lo que hacen y/o reflejan)  y sus necesidades deseadas (lo que les gustaría tener  y/o reflejar). Esto genera un gran valor, ya que genera  el conocimiento propio y el de los otros, mejorando en  forma notable las relaciones personales.

En cada relación que establecemos, hay  puntos en común y desacuerdos, siendo  estos últimos los más difíciles de manejar.  La naturaleza humana nos lleva a debatir y a  expresar nuestras ideas, y esto no es malo si  es bien llevado, el debate genera crecimiento,  acuerdos y posibilidades, pero hay que saber  manejar y entender el conflicto para que no  nos atrape y reduzca a la obstinación.

El instrumento TKI™ (Thomas Kilmann Conflict Mode  Instrument) nos permite entender la naturaleza del  conflicto y la mejor manera de abordarlo, ya que  propicia el diálogo asertivo y no visceral entre las  personas, y nos ayuda a considerar las diferentes  perspectivas y comportamientos involucrados. Esta herramienta nos presenta 5 estilos con que  podemos enfrentar el conflicto: competidor,  colaborador, concesivo, elusivo y complaciente;  unos más asertivos que otros, pero todos reales; lo  importante es saber dónde estamos y hacia donde nos  debemos mover para ser más EFECTIVOS y mejorar  nuestras relaciones.

Como podemos ver el conocimiento propio y el de los  demás en diversos aspectos, permite que se eviten  conflictos y se establezcan relaciones productivas.  Ante esta carrera tan larga del conocimiento, existen  herramientas que acortan y nos facilitan el camino:  MBTI®, FIRO-B®, TKI™, entre otras, nos llevan más  pronto a la meta.

Tener buenas relaciones interpersonales, genera confianza, lazos, cariño y seguridad, entre otros elementos que permiten el crecimiento, el bienestar y la satisfacción personal. El tener mayor autoconocimiento y mejor entendimiento de los demás nos da herramientas para fortalecerlas y promueve el alcance de un objetivo de vida: la felicidad.

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Autor Carla Varela - octubre 5, 2022

Descripción: Consultor y coach organizacional





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